martes, 17 de julio de 2018

Hoja 13: Un pueblo llamado gente



(Nota previa: si quieres saber de qué va esto, lo explico más o menos aquí y las normas aquí)

Grand Canyon Village (Arizona)-Monument Valley (Arizona/Utah)-Grants (New Mexico): 780 kilómetros (prácticamente todo, en Nación Navajo).




Secuencia del amanecer del 17 de julio en el Gran Cañón.


Un libro: 'Días sin final', de Sebastian Barry. Una de las sorpresas del año. Al ir de dos tipos en la Guerra de la Secesión me la hubiera comprado sí o sí, pero es que además ambos empiezan su periplo militar antes incluso, en las guerras indias. No escatima en detalles sobre las matanzas de los soldados sobre los poblados indios. Sorprendente por entretenida y con retazos de belleza en la crudeza. Un western moderno por el enfoque y la forma.

Nada, que no hay forma de que hagan las fotos bien... ¿tanto costaba que yo no tape una de las formaciones?

Una película: 'Centauros del desierto', de John Ford. Cómo no. Seamos apropiados y llamémosla Los Buscadores (The Searchers, en su nombre original). Obra cumbre no solo del cine sino de arte en general. 





Un dato/hecho: Una curiosidad. Me preguntan a menudo que de dónde vienen mis ideas para los libros que escribo. Pues bien, cuando acabé 'Una aventura pop' en la primavera de 2008 nunca pensé en una continuación. Dejaba incluso un final que podría significar que todos mueren o que no. Un año después, cuando en septiembre de 2009 visité Monument Valley con unos amigos de pronto me imaginé a Carmen, Freddy y Ricardito cabalgando por allí. Luego cambié a las Badlands para que estuviera relacionado con el Mississippi, pero fue en ese momento (frente a las formaciones rocosas y un año y medio de escribir la primera) cuando decidí que existiría una continuación que luego se titularía 'La Dama Blanca del Mississippi'. El rock del subtítulo también viene de aquí (además del doble juego, claro).


Un descubrimiento: El mirador de Desert View, en el Gran Cañón. Ha sido de casualidad porque me cogía de paso en la salida. Y mira que me arrepiento porque creo que es el sitio perfecto para ver atardeceres (en el complejo principal el occidente queda tapado). Las mañanas no están mal, con ese mirador que da contraste y sí, tanto rastrear el río Colorado donde abundan los turistas y aquí se ve perfectamente. Lo que tiene alejarse unas millas de la multitud.

En esta carretera me puse gallito... a la furgoneta de los hechos la dejé ir. Este coche no tiene nada que ver. 
Un error: Sacar el conductor madrileño que tengo dentro y pegarle una pitada a un coche que terminó por desesperarme. No caí en ese momento en que estaba en pleno desierto navajo, que el de la pick-up al que había pitado (y que ya se me había colado en la autopista y frenaba hasta pararse en cada curva o bache porque llevaba dos bidones gigantes de gasolina detrás... o líquido para fabricar cristal, vamos) podía ser de la zona y que ambos nos metíamos en una carretera con la que nos cruzábamos un coche cada diez minutos. Vamos, que si hubiera querido hacerme un 'Runaway' o un 'Diablo sobre ruedas'... pero no pasó nada. 




Una imagen: En un día en el que amanezco en el Gran Cañón y paso la mañana en Monument Valley aún le reservo un hueco en el corazón al Cañón de Chelly, con su Roca de la Araña y con sus restos de asentamientos de hace siglos en el fondo del desfiladero. 



Una comida/bebida: La sopapilla de El Cafecito, en Grants. La comida mexicana es la especialidad (siendo Nuevo Mexico...) y nunca había probado una cosa de estas, que no deja de ser una especie de tortilla (aunque frita) rellena a saco de lo que le echen: carne, guacamole, queso y tomate picante en este caso. 



Una canción: 'Hallelujah', de Jeff Buckley (versión de original de Leonard Cohen). La primera vez que vi las formaciones rocosas de Monument Valley escuchaba esta canción. Hoy he mirado si en los CDs que me he traído está el disco de Buckley. Y lo tenía y sonó antes, incluso en un momento mejor, cuando al salir de una curva de Kayenta, el último pueblo antes del complejo, ves estas dos formaciones que parecen flanquear el paso al visitante.




Una historia: 

Título: cosas que he aprendido hoy de los Navajo

Tema: En el que este humilde periodista revela sin opiniones lo que ha visto o aprendido hoy.

El Elephant Feet, una esquina cualquiera de la Nación Navajo (tienen como 20 metros de alto). No hay carteles ni información. El nombre me lo dio una vendedora de artesanía que campaba por allí.

-A los navajo les gustaría que les llamaran Diné, que es la palabra en su idioma como se llaman a sí mismo. Significa "gente" y su Universidad es la Universidad de Diné.




-La Nación Navajo es la mayor reserva indígena en extensión de Estados Unidos: ocupa parte de Arizona, Utah y Nuevo México. Pese a estar en una zona árida y desértica, es uno de los territorios más hermosos posibles. No hay horizonte en vano, cada rincón está adornado por una formación rocosa distinta, un valle, un cañón, una gruta, un desfiladero, una cima, un bosque. Casi siempre, la arena es roja, muy roja, pero son los contrastes de pardos, grises, verde oliva, verde pálido, blanco nube y azul claro los que hacen la magia. Sin entrar en cualquier lugar recóndito, a la Nación Navajo pertenece la parte oriental del Gran Cañón, Monument Valley y el Cañón de Chelly. Nada menos.  




-Son pobres, muy pobres. Viven de la ganadería y de lo que pesquen del turismo. Casi la mitad de la población subsiste por debajo del umbral de la pobreza. Un tercio de los hogares no tiene fontanería pero hay tantos coches como familias. Viven en casas prefabricadas al abrigo de colinas o en mitad de la nada. Cada mañana, miles de ellos montan puestos en los arcenes para vender artesanía propia.

-Pero son la aristocracia entre los indios. Viven en su tierra y es hermosa (no es un fin del mundo como se les dio a los Lakota). Incluso tienen su página de honor en la historia militar americana, con aquellos navajos que adaptaron su idioma para crear un lenguaje intraducible para el enemigo en la Segunda Guerra Mundial. Hay pelis de eso. 

-Los Navajo son prácticamente independientes, con sistema político, judicial y policial que deciden sobre ellos mismos (excepto crímenes muy graves que son federales, como se ve en alguna película cuando un sheriff del condado vecino no puede hacer nada cuando un crimen lo comete un indio dentro de la reserva).



-Son tan nación dentro de Estados Unidos que en cuanto sales un par de metros de la carretera hay un alambre que delimita todo el contorno de su nación. 

-Aquí hay también mucho autoestopista. Sin embargo, a diferencia de la costa del Pacífico, no son indigentes, sino gente normal que no tendrá ni para un coche de cuarta mano (en cuanto ves un coche con menos de cinco años de antigüedad es de alguien de fuera seguro). Hacer dedo es un medio de transporte más.   

-No hay carteles redentores de dios a pie de carretera (como tanto abunda en otros Estados del interior). Aquí, se pide a los jóvenes que no caigan en el cristal (Breaking Bad se desarrola en uno de los extremos de la Nación Navajo).



-Un signo de distinción en Nación Navajo es que los baños están limpios. Porque no todos los indios son sucios, les falta añadir. 

Aquí están los datos para quien quiera saber más.

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