La tragedia es perezosa, tanto como el río Mississippi cuando rueda en calma. Nunca tiene prisa porque sabe que terminará ahogando a todos y cada uno de nosotros. La tragedia no deja de ser un tipo de drama que inventaron los griegos y le puede los finales tristes; es una dama muy peligrosa, de ésas que visten tacones y sombrero que sólo esconde a medias su melena rubia en las novelas y películas de serie negra; es un payaso que te devora cuando no te comes la cena; es un navajazo en las tripas, que son los que te matan de a poco; es la bruja, santera, maga, hechicera, meiga, gitana que te maldice; es la envidiosa que nunca podrá ser su némesis, que nunca podrá ser la reina de la comedia.
La tragedia está enamorada de Nueva Orleans. Ha intentado destruirla por todos los medios: tierra, mar, aire y fuego. Y ahí sigue, con una sonrisa y un par de pasos de baile como respuesta, la orquesta improvisando el compás de un viejo clásico.
No me rindo, dice la ciudad. Pese a todo:
-Fue esquinada por Hernando de Soto, aquel conquistador extremeño del siglo XVI que fue el primero en orillar el Mississippi pero tuvo que volverse frente al terreno imposible y los indios; demasiado esfuerzo para ese pedazo ingobernable de agua y fango.
-Fue rechazada, como sólo duelen los abandonos amorosos, cuando en el siglo XVIII franceses y españoles se la regalaban unos a otros para deshacerse de su coste; los incipientes Estados Unidos sólo la deseaban para seguir engordando hacia el oeste, un lugar de paso.
-Fue donde un gobernador español, Alejandro O'Reilly, por aquello de enmendar la blandura de su predecesor en el cargo, quiso dar un escarmiento colonial en 1769 y ejecutó a los partidarios de volver a manos francesas.
-Fue pasto de sucesivos incendios que arrasaron el centro hasta que aprendieron las ventajas del ladrillo frente a la madera. Por ejemplo, en 1788, el fuego fulminó el millar de casas que formaban el centro (la reconstrucción posterior parió el French Quarter).
-Fue golpeada por inundaciones, huracanes, tormentas tropicales. La última, la famosa causada por el huracán Katrina, dejó muertos, devastación y una profecía: la erosión de la costa que los humanos se han empeñado en acelerar deja a la ciudad más vulnerable que en el siglo XVII. La naturaleza empieza a ganar la partida.
-Fue conquistada por la mayor armada nunca enviada por Estados Unidos en la Guerra Civil, en 1861, muy al principio de la guerra.
-Fue gobernada por un yanqui ('Beast' Butler) que redactó un edicto oficial en el que llamaba putas a todas las mujeres de Nueva Orleans (en concreto, decía que si alguna no saludaba, miraba de reojo o no se portaba como debía ante un oficial o incluso un soldado yanqui, se le consideraba desde ese momento como una mujer de la calle).
-Fue una víctima propiciatoria de la fiebre amarilla, que esquilmó en un diez por ciento la población a mediados del siglo XVIII y en otro brote, golpeó de nuevo al inicio del siglo XX.
-Fue separada en dos: a un lado del French Quarter, los suburbios de Faubourgh Marigny y Bywater, donde vivían los esclavos, los libertos, los inmigrantes que iban desembarcando desde todo el mundo; y al otro, los ricos terratenientes americanos, en lo que hoy es el Garden District. En medio, el French Quarter oficiaba de inmensa taberna pirata para la peor calaña.
-Fue la peor ciudad de las colonias (¿podemos llamarlo mundo civilizado?) donde vivir. En la década de 1770, una de cada dos mujeres moría antes de los 20 años (los partos eran el asesino recurrente) y dos tercios de los hombres, antes de los 43.
-Fue olvidada por el Gobierno central en lo peor de la tragedia tras el Katrina. La ayuda vino tarde y muy mal, con casi todos los efectivos militares (que suelen ayudar en estas tareas de emergencia nacional) en lo peor de la guerra de Irak.
-Fue víctima de los oportunistas de todo color y condición cuando sus habitantes sólo querían recuperar sus hogares. El 80% de la ciudad se vio afectada por las crecidas, si bien las partes más nobles (al estar construidas en alto) apenas lo notaron.
-Fue la historia de una chapuza anunciada, dado que lo poco que se hizo tras otro huracán de infausto recuerdo, el Betsy de 1965, apenas contuvo el agua.
-Fue una muesca más en el empeño de algunos de hacer las cosas mal: en 1927, en la gran inundación del Mississippi (afectó a todo el delta, desde Memphis a Nueva Orleans), la solución de urgencia de los gobernantes fue volar una serie de diques que inundaron las zonas pobres para que los barrios ricos se quedasen secos.
-Fue la historia de una chapuza anunciada, dado que lo poco que se hizo tras otro huracán de infausto recuerdo, el Betsy de 1965, apenas contuvo el agua.
-Fue una muesca más en el empeño de algunos de hacer las cosas mal: en 1927, en la gran inundación del Mississippi (afectó a todo el delta, desde Memphis a Nueva Orleans), la solución de urgencia de los gobernantes fue volar una serie de diques que inundaron las zonas pobres para que los barrios ricos se quedasen secos.
-Fue utilizada como laboratorio de pruebas en toda idea que se le ocurría a la Casa Blanca con el Sur: la reconstrucción tras la Guerra Civil, la nueva vida de las plantaciones sin esclavos, el proceso de integración de los negros a mediados del siglo XX.
-Fue aterrorizada por la White League, nacida en el caldo de cultivo de odio tras la Guerra Civil y que durante décadas boicotearía todo posible avance en la integración con la población de color.
-Fue aterrorizada por la White League, nacida en el caldo de cultivo de odio tras la Guerra Civil y que durante décadas boicotearía todo posible avance en la integración con la población de color.
-Es (nada de fue aquí) la ciudad con mayor tasa de criminalidad de Estados Unidos, al mismo nivel que las ciudades consideradas más peligrosas del mundo de Sudamérica.
-Es la menos americana de todas las ciudades de los Estados Unidos y da la sensación de que no se lo perdonan desde el resto del país.
-Es, para el 99% de los que la visitan, Bourbon Street y poco más. Lo que es su peor promoción, porque la calle del Borbón (en su nombre original, que Bourbon viene de reyes y de ahí surgió el nombre para el whisky) apesta (en sus múltiples sentidos figurados y en el real). No es que sea una despedida de soltero (todo: el ambiente, los borrachos, las borrachas, los pedigüeños, las tías medio desnudas en las puertas de los strip shows, las bebidas ultra alcoholizadas, los gritos, la música pachanguera, la mala educación...) sino que es la peor despedida de soltero/a que podáis imaginar a las cuatro de la mañana habiendo empezado el mediodía anterior (un ejemplo práctico de lo que piensa un americano medio de Nueva Orleans: un tipo de Virginia que me encontré en Lafayette, en cuanto le dije que había estado aquí, me dijo: "Genial, en Bourbon Street te van enseñando las tetas las tías"). Todo eso, durante casi un kilómetro donde puerta con puerta sólo hay bares-trampa para turistas. Luego está el olor: no a meados ni a basura, sino a una podredumbre que sólo he olido aquí, un olor agrio, como el de un montañista que se quita las botas tras dos semanas ininterrumpidas de caminata; y justo cuando ese olor se te ha metido en la nariz, pasa a ser ácido, muy ácido. Con sólo irse a las paralelas ves otra Nueva Orleans y ya si abandonas el French Quarter, la verdadera. Pero apuesto a que el 90% de los turistas no va más allá de los Borbones de con rima fácil.
-Es, para el 99% de los que la visitan, Bourbon Street y poco más. Lo que es su peor promoción, porque la calle del Borbón (en su nombre original, que Bourbon viene de reyes y de ahí surgió el nombre para el whisky) apesta (en sus múltiples sentidos figurados y en el real). No es que sea una despedida de soltero (todo: el ambiente, los borrachos, las borrachas, los pedigüeños, las tías medio desnudas en las puertas de los strip shows, las bebidas ultra alcoholizadas, los gritos, la música pachanguera, la mala educación...) sino que es la peor despedida de soltero/a que podáis imaginar a las cuatro de la mañana habiendo empezado el mediodía anterior (un ejemplo práctico de lo que piensa un americano medio de Nueva Orleans: un tipo de Virginia que me encontré en Lafayette, en cuanto le dije que había estado aquí, me dijo: "Genial, en Bourbon Street te van enseñando las tetas las tías"). Todo eso, durante casi un kilómetro donde puerta con puerta sólo hay bares-trampa para turistas. Luego está el olor: no a meados ni a basura, sino a una podredumbre que sólo he olido aquí, un olor agrio, como el de un montañista que se quita las botas tras dos semanas ininterrumpidas de caminata; y justo cuando ese olor se te ha metido en la nariz, pasa a ser ácido, muy ácido. Con sólo irse a las paralelas ves otra Nueva Orleans y ya si abandonas el French Quarter, la verdadera. Pero apuesto a que el 90% de los turistas no va más allá de los Borbones de con rima fácil.
-Es como es. A lo largo y ancho de la ciudad puedes leer en tiendas, bares o incluso fachadas particulares cientos de lemas, ya sea en camisetas, vasos, carteles, llaveros, imanes o calzoncillos con chistes, mejores o peores o reivindicaciones de personalidad. Yo me quedo con éste: "We put the 'fun' in the funeral".
Pues eso. Hay que sobrevivir y hay que hacerlo con dignidad y, a ser posible, buena intención (como dice otro lema muy común en bares alternativas: Be nice or leave).
Os dejo con galería de detalles/imágenes:
-Las de los músicos, en locales o en la calle:
-La de los soldados negros en la Guerra Civil (también hubo entre los confederados):
-La del collar que le ponían a los esclavos (los audaces inutilizaban los cascabeles con barro):
-La de los sin techo bajo la interestatal:
-La del ferry a Algiers, con la catedral al fondo:
-La de los que tienen tanto que decirle a sus muertos que añadieron un banco frente a la tumba:
-La del gato en el balcón:
-La de los gatos al poco de amanecer que se resisten a despertar:
-La del que también se resiste a irse a casa al llegar el domingo:
-La de quien recuerda que en esa dirección (hacia los barrios más afectados) está el foco de las mentiras tras el Katrina:
-La de los edificios Pontalba, construidos por la hija de un español que inventó lo de ser notario en Nueva Orleans. Ella sufrió de lo lindo en su matrimonio, hasta el punto que su suegro le pegó tres tiros, fusilamiento al que ella sobrevivió y luego vivió hasta los ochenta con dos balas dentro del pecho. Aun así, fue la precursora del término separación de bienes en la legislación americana, se separó legalmente (nunca se casó de nuevo) y construyó lo que es la plaza mayor de Nueva Orleans. Su nombre es baronesa Micaela Almonester Pontalba.
-La del mural que colorea un triste aparcamiento en la zona de los museos:
-La de la casa donde se rodó Un tranvía llamado deseo (hoy un edificio semi abandonado donde venden muebles de segundo mano algo en muy parecido a una comuna):
-La de la policía en plena acción:
-La del faro en el distrito de negocios (el edificio está vacío):
-La de las casas muy personales (justo al lado del hotel):
-La de los romeos (así llaman a estos pinchos que adornan la parte más alta de las balconadas para evitar en su día que los ladrones treparan a la barandilla):
-La de otro balcón:
-La del amanecer de domingo sobre el French Quarter:
-La del Mississippi, en su estado perezoso.
-La del atardecer desde el Bayou Saint John, donde se asentaron los primeros indios:
-La de la cerveza que me he tomado a vuestra salud desde el balcón del hotel:
Para terminar este post tan largo, os dejo la canción que explica el título de este post (y que se completa con el título de la primera galería). Me he copiado descaradamente de lo que hizo la serie Treme, cuyo primer episodio se llamaba Do you know what it means... y el último, ...to miss New Orleans.
La versión es de Billie Holiday y Louis Armstrong, tal y como la interpretaron en la película New Orleans (1947), pero buscad otras versiones más amplias.
Merece la pena.
Como lo ha merecido estar con vosotros.
Gracias y buenos viajes.
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