lunes, 18 de septiembre de 2017

Epílogo: Empezar o acabar

Faro de Pemaquid Point, Maine.


A veces, solo hay que mover la cámara para que el balance cuadre...

En la Montaña Cadillac, la cumbra más alta del Parque Nacional de Acadia, se vence hasta a la niebla.

Amanece y te crees que el mundo es para ti, que todo es posible porque hay un largo día por delante, que lamentarse de los errores es perder el tiempo, que todo puede empezar de nuevo.

En el embarcadero de Bucksport, Maine.


Anochece y lamentas el mundo que te sabe ajeno, rumias los imposibles que te han hecho tropezar, repasas inútilmente esa equivocación estúpida, la vida, de pronto, se te escapa de control. 

O no:

La Montaña Cadillac.


Amanece y te maldices por todo lo que no has hecho hasta ahora. 

Bucksport.


Anochece y te rebelas. 

Te hundes de nuevo. Empiezas de nuevo.

Sombras.

La Sand Beach de Mount Desert Island, Maine.


Suspiros.


En las laderas del monte Katahdin, en el interior de Maine.



¿Realidad o reflejo?

Otra vez la Cadillac no tan solitaria (no había gente para ser las seis de la mañana de un lunes en el fin del mundo).


Amanece.

El último árbol al que llegaron los confederados en 1863. Gettysburg, Pensilvania.

Anochece. 

¿Empiezas o acabas?  

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