Allrighty!!!!
Hoy toca tomarse las cosas con humor.
Ya veréis, ya, cuando lleguéis (si llegáis al final), pero ya os digo que es una historia a lo juego de tronos, de hielo y fuego).
En fin: allrighty!!!
Decían más que cualquier otra expresión en el local donde desayuné (más de eso cuando toque revisión gastronómica). Que no es más que una tontería, una cursilada que se podría traducir de muchas formas, cada cual más ridícula: todo estupendito, está clarito, chachi piruli... Para no molestar a traductores, usaré el allrighty y punto.
Pero es que el día ha sido de tomárselo así o no se llegaba al final. Sobre todo, porque ha sido un día muuuy largo en la carretera. Salí a las seis de la mañana y he llegado al hotel de Wyoming a camino del de Psicosis y La Parada de los monstruos a eso de las siete. No ha sido todo al volante. Aunque casi todo. Hoy tocaba paliza a través del Parque Yellowstone. Una ideaca a la que se la cayó lo de -aca a mitad de jornada.
A todo eso se añade que siempre cuando llego lo más lejos de cada ruta y me vuelve volver se me hace cuesta arriba.
Entrada noreste a Yellowstone, con su bandera a media asta por el 11-S Un mapa lo aguanta todo, una previsión de google, pues como también, Incluso la aplicación calcula la velocidad máxima, que en Yellowstone no se pueden superar los 60 en el mejor de los casos...
Y no, no es el caso. Lo primero es que Yellowstone parecía el fin de semana de San Fermín de la gente que había: un miércoles de mediados de septiembre, con todos los niños en clase... y los jubilados en carretera. Que está muy bien ser prudente, pero si la autoridad competente te dice que puedes ir a 60, no me vayas a 30.
No me frenes cada dos por tres.
No le hagas una foto a una nube y montes una cola por eso.
Tú, jubilado de USA que va a 30 por hora.
Lo que no te sobra es tiempo.
13 horas al volante.
Allrighty!!!
Que el paisaje va compensando. Es cierto que el acceso por el noreste de Wyoming (o sureste de Montana) es espectacular incluso antes de llegar a Yellowstone como tal. Hay quien dice que la Beartooth Highway es la más bonita de USA. De lo que yo he visto (un poco de falsa modestia), es verdad. Pasas por carretera de montaña muy alta (cuando se llega a los 3.000 metros ya no se baja en casi dos horas de trayecto) a paisaje lunar sin un solo árbol de lo inhóspito que es, para luego ir mezclando roca caliza con pinos jóvenes y aterrizar en un valle con el río a un lado, los cañones picudos y tupidos escoltándote hasta Yellowstone.
Así que no entiendo que te tomes la molestia de alquilar un autobús escolar, te pongas las mejores galas, pares en un mirador y te hagas una foto en el aparcamiento, en vez de caminar 100 metros de nada al mirador de verdad.
La verdad es que no sé a qué planeta pertenecían.
Allrighty!!!
Por lo menos iban un poco abrigaditas (además de que la costra que genera eso de no ducharse da algo de calor).
Luego están los tontos del tanto por ciento, que decía Sabina (aunque él se refería a otros tontos y a otro porcentaje).
Si tienes un Aston Martin descapotable hay que lucirlo. Si hay que lucirlo, ¿qué mejor sitio que la carretera más hermosa del país?
Qué mala es la naturaleza que te regala un 11 de septiembre con una sensación de cero grados en la cumbre (donde se hizo la foto).
Allrighty!!!!
Miren esta señal:
Por España estamos acostumbrados a la de vaca, el caballo o el corzo. No más.
¿Realmente han prestado atención alguna vez? (a mí, personalmente, siempre me hizo mucha gracia la de desprendimiento: como si pudiera hacer algo si me cae una roca encima).
País salvaje. Luego que si se comen a los gatos y a los perros los inmigrantes.
Allrighty!!!
País más que salvaje. Y sin piedad. Miren estas dos imágenes:
Está claro que en la actividad normal de una persona no consiste en pasear junto a un géiser a temperatura volcánica. Menos aún al perro o aparcar el coche cerca.
Luego está lo de asomarte a hacer una foto y encontrarte un oso cuando te apartas porque tu propia llamada de la naturaleza te llama. ¿Qué hacer? No correr, dicen los cachondos. Gritarles, levantar las manos como si Morata estuviera en fuera de juego (o sea, siempre)... Y, por encima todo, usar tu spray contra osos.
Mira que no salir de casa hoy sin el spray.
Miccioné en el siguiente centro de visitantes.
Allrighty!!!
Ya se han acabado las tonterías. Porque la gran cuestión es si debería haber hecho esta ruta hoy
Me explico: ayer por la tarde, cuando en el GPS fui a ver cuánto se tardaba de donde dormí a la parada de hoy, me salió un mensaje no muy común: mi ruta atravesaba un incendio.
Bueno, hay cosas peores (a no ser que el incendio te queme). El problema es que fui a ver dónde caía ese incendio por si podía evitarlo y resulta que se había declarado un incendio a mediados de agosto (y aún seguía) a unos diez kilómetros de mi alojamiento de este miércoles. Veo que las autoridades dicen que no se ha desalojado a nadie de sitios habitados pero que sigue sin controlar las llamas y luchando para que no afecte a la carretera más cercana.
Que es la que tengo que atravesar yo.
Muy bien: escribo a través de Booking al hotel preguntando si hay algún problema. Eran las ocho de la tarde del martes.
Para cuando me despierto este miércoles a eso de las cuatro y media de la mañana empiezo a ver las posibles cancelaciones y modificaciones de los otros dos hoteles, con la idea incluso de saltarme Yellowstone y tirar antes para Chicago e incluso dormir allí el viernes. Hasta preparo los posibles mensajes a los hoteles solicitando ese adelanto (se trataba de no rodear Yellowstone y dormir un día antes de lo previsto en Nebraska y Iowa).
A las nueve de la mañana, tres horas en carretera, no sé nada del hotel.
A las nueve y media entro en Yellowstone y dejo de tener cobertura en el 99% del tiempo (vienen pequeñas oleadas cada tres horas al pasar cerca de un centro de visitantes importante). En esos periodos de cobertura sigo sin saber nada del hotel pero uso uno a las una y media para llamar a los dos teléfonos que aparece de contacto y no contesta ninguno. Escribo un mail directo al hotel.
¿Es seguro viajar hasta allí?
Me contesta la tierra. O el cielo.
Seis de la tarde: a unos cien kilómetros de destino, por el oeste la cosa se despeja. Por el este, que es donde voy, se complica.
Sigo sin tener cobertura, así que no sé si el incendio ha mejorado.
A 50 kilómetros de destino, me contestan las autoridades de Wyoming:
No se ve muy oscuro el fondo por la foto, pero se veían rayos.
Una tormenta con buena lluvia es buena para un fuego, ¿no?
Sí, una tormenta normal, sí.
Una tormenta de nieve un 11 de septiembre que tengo que ir a diez kilómetros por hora y el coche patina, no veo nada por el limpiaparabrisas mientras en dirección contraria pasan en caravana todos los servicios de emergencia volviendo del fuego a su campamento base (y echándome más nieve encina).
Justo, tras la tormenta, el fuego:
Hielo y fuego, ahí tenéis vuestro juego de tronos.
PD: Estoy bien, lo prometo: aunque bastante cerca del fuego, el hotel está fuera de peligro según las autoridades. Yo me he tomado una carne a la brasa por si acaso.